Al dar la bienvenida al nuevo año, hay un palpable sentido de optimismo en el ámbito de la energía verde, la sostenibilidad y la tecnología. Los obstáculos continúan surgiendo en muchos ámbitos de estos sectores. Sin embargo, a pesar de los desafíos enfrentados por quienes trabajan en el sector de la energía renovable y tecnología limpia, hay signos alentadores de progreso. Las notables inversiones en energía limpia por sí solas, que aumentaron en un 40% desde 2020, indican una mayor conciencia sobre nuestro impacto en el medio ambiente y una dedicación a transicionar hacia un paisaje energético más sostenible.
El camino hacia la sostenibilidad ha sido difícil, sin profundizar demasiado, y los profesionales de energía han encontrado innumerables complicaciones a lo largo del camino. Las tecnologías limpias, por ejemplo, han enfrentado constantemente retrocesos externos, presiones y problemas en la cadena de suministro. Estos obstáculos han demostrado ser particularmente perjudiciales para el sector eólico, que ha tenido que lidiar con cuellos de botella en el suministro y una falta de diversificación en el mercado de suministro de elementos químicos críticos, entre otros problemas.
Además, a pesar de los acuerdos políticos anteriores destinados a mitigar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura promedio global de la superficie ya ha superado los niveles preindustriales por aproximadamente 1.2 °C, lo que ha dado lugar a olas de calor inusuales y eventos climáticos extremos.
Para complicar aún más las cosas, estas emisiones de gases de efecto invernadero aún no han alcanzado su punto máximo. Esto significa que continuarán aumentando durante los próximos años en lugar de comenzar su descenso hacia cantidades menos perjudiciales. En consecuencia, esto contribuye a la exacerbación de los desafíos climáticos que estamos experimentando hoy en día.
En cuanto a nuestra salud, la falta de avance en las prácticas de energía limpia ha seguido dando lugar a arduas consecuencias fisiológicas. Quizás lo más preocupante es el hecho de que el sector energético sigue siendo un contribuyente principal a la contaminación del aire, afectando a más del 90% de la población mundial y causando más de 6 millones de muertes prematuras anualmente. A pesar de los esfuerzos por mejorar el acceso a la electricidad limpia, las tendencias positivas se han desacelerado o revertido en algunos países, subrayando la necesidad de reforzar los esfuerzos globales sostenidos e intensificados.
Si bien los contratiempos pueden ser desalentadores, es importante tener en cuenta que son parte del proceso. Cada año que continuamos luchando por la energía limpia es un año en el que nos acercamos más a alcanzar nuestros objetivos de sostenibilidad. Mirando hacia adelante, el camino hacia un futuro más sostenible ofrece desarrollos prometedores. Por ejemplo, se proyecta que la energía solar impulsará el aumento en la generación de electricidad, con la adición de 36 gigavatios (GW) y 43 GW de nueva capacidad solar en 2024 y 2025. Se espera que este aumento eleve la participación solar en la generación total al 6% en 2024 y al 7% en 2025, frente al 4% en 2023. Estas tendencias positivas, combinadas con la estabilización del gas natural en la generación de electricidad, subrayan un cambio en el paisaje energético que prioriza las fuentes renovables, ofreciendo un vistazo a un futuro que permite una mayor sostenibilidad y conciencia ambiental.
Como puedes ver, hay mucho que celebrar y al mismo tiempo aún queda mucho por lograr. Al embarcarnos en un nuevo año lleno de promesas para el sector energético más verde, los individuos juegan un papel fundamental en fomentar un ambiente más limpio. La implementación de hábitos sostenibles en nuestras escuelas, hogares y empresas puede contribuir significativamente a este esfuerzo colectivo. Pasos simples, como reducir el consumo de energía apagando luces y electrodomésticos cuando no se usan, adoptar tecnologías eficientes de energía y practicar una gestión de residuos responsable, pueden tener un impacto tangible. Cultivar hábitos verdes como el reciclaje, reducir el uso de plásticos de un solo uso y optar por productos ecológicos puede reducir aún más la huella ambiental.
Educarse a uno mismo y a otros sobre la importancia de la conservación y adoptar prácticas verdes puede crear un efecto dominó, fomentando una cultura de responsabilidad ambiental. Al tomar decisiones conscientes en la vida diaria, cualquiera puede tener el poder de contribuir activamente a la construcción de un futuro más limpio, más saludable y más sostenible para las generaciones futuras.
En Smart Energy Education, nuestro objetivo es educar a nuestros lectores sobre la importancia de la energía limpia y las increíbles oportunidades dentro del sector energético. Si estás interesado en aprender más sobre la energía y carreras en el sector de energía, visita nuestro sitio web aquí. Si deseas acceder a actividades educativas divertidas para que sus estudiantes aprendan sobre energía y los recursos naturales del mundo, ¡visita Watt Watchers of Texas!
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