La Revolución Industrial provocó una secuencia de eventos que cambiaron dramáticamente la trayectoria del planeta. Después de siglos de consistencia, los días de las monarquías, los viajes a caballo y la compra de ropa estrictamente por necesidad se desvanecieron lentamente en el pasado. Las nuevas tecnologías y la capacidad de utilizar los recursos naturales para maximizar y producir energía hicieron posible que inventos como la máquina de vapor, los generadores eléctricos y la bombilla incandescente llevaran a la humanidad a una nueva era. En poco tiempo, las fábricas hicieron posible que la ropa fuera más accesible para la persona promedio. Los trenes y luego los automóviles se convirtieron en métodos estándar de transporte. De repente, los cultivos podían crecer en abundancia como nunca antes.
La capacidad de usar el poder de la energía para hacer que la fabricación de bienes, el transporte y la producción de alimentos sean más eficientes eliminó los obstáculos que las comunidades habían enfrentado durante siglos. Las ciudades se convirtieron en las áreas conglomeradas y con un ritmo acelerado con el que estamos familiarizados hoy. Asimismo, mejoraron los medicamentos y la salud, y la calidad de vida de muchos mejoró enormemente. Paralelamente a estos avances, surgieron nuevos inventos destinados a hacernos la vida más fácil y resolver los problemas existentes.
El plástico es uno de esos inventos. El plástico se crea con combustibles fósiles y se inventó como un material sintético diverso que se puede usar para casi cualquier producto. Es duradero, resistente al agua, hecho para durar y barato de producir, lo que lo convierte en un medio popular para todo, desde recipientes y botellas de agua hasta ropa y decoración del hogar.
Desafortunadamente, se ha demostrado que el uso de combustibles fósiles para crear energía, bienes y más tiene efectos secundarios adversos en el medio ambiente. En el caso del plástico, los combustibles fósiles utilizados a lo largo de su producción liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera, aumentando la severidad del efecto invernadero y contribuyendo al calentamiento global y al cambio climático. Al mismo tiempo, la mayoría de los plásticos producidos en todo el mundo son de un solo uso, lo que significa que se desechan casi inmediatamente después de su venta. Estos plásticos luego se desechan en vertederos o en el océano, donde pueden tardar 400 años en descomponerse, mientras liberan CO2 adicional a la atmósfera, dañan la vida silvestre y exacerban el ciclo ya dañino de contaminación, actividades humanas y el medio ambiente.
Para empeorar las cosas, debido a que el plástico tarda tanto en descomponerse, eventualmente, pequeños pedazos de plástico terminan siendo liberados en el medio ambiente. Estos se conocen como microplásticos y son demasiado pequeños para ser vistos a simple vista. Sus efectos en el cuerpo humano no han sido bien investigados en este momento. Sin embargo, han sido detectados en pescados que se comen comúnmente, en el agua potable, en la cerveza e incluso en el aire.
Si bien el plástico sigue siendo un problema continuo e inminente, algunas naciones han comenzado a tomar medidas para reducir su impacto. Con países africanos como Kenia y Sudáfrica a la cabeza, existe la esperanza de un futuro sin plástico.
La estricta prohibición de plásticos de un solo uso en Kenia incluye una multa de $40,000 para las empresas que no cumplan. En Ruanda, se instituyó una prohibición nacional de las bolsas de plástico no biodegradables en 2008, y en Camerún, los plásticos no biodegradables se prohibieron por completo en 2014. Aunque implementar y hacer cumplir estas leyes ha sido un desafío, se están desarrollando soluciones innovadoras para abordar el problema. En 2023, naciones como Canadá e Inglaterra anunciaron sus propios esfuerzos para combatir la crisis del plástico.
Las actividades humanas tienen un impacto significativo en el planeta. Lo que arrojamos a nuestros océanos y lagos, lo que quemamos en el aire y lo que enterramos bajo tierra termina en el agua que bebemos, el aire que respiramos y los alimentos que comemos. Librar al mundo de los desechos tóxicos es primordial para un futuro saludable.
Para obtener más información sobre el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente y los recursos energéticos, visite Resourcefulness.org. Además, podrás descubrir increíbles carreras de energía y actividades relacionadas con la energía a través de Smart Energy Education y Watt Watchers. ¡También disponible en Instagram y Facebook!
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